¿Cómo nos afectan las emociones negativas?

El ser humano no es un ser racional como se acostumbra a pensar. De hecho, es un ser emocional, las emociones dictan nuestra vida y tienen prioridad ante el razonamiento, en realidad, nuestra propia fisiología afecta a nuestras emociones y viceversa, nuestras experiencias emocionales afectan a nuestra fisiología.

La emociones básicas como el miedo, el enfado, la alegría o la ansiedad, en sí mismas no son malas, al contrario, son reacciones naturales que nos han hecho sobrevivir como especie y que forman parte de la configuración fundamental de nuestro ser.

El problema surge cuando las emociones son, o demasiado intensas para poder ser asimiladas, o perduran demasiado tiempo sin ser debidamente procesadas.

La Medicina Oriental descubrió a lo largo de siglos, como afectan las emociones excesivas a los órganos internos y otras funciones. También como el estado orgánico afecta a nuestra forma de recibir los estímulos, procesar los pensamientos y sentir, a nuestro estado de ánimo y nuestra salud psicoemocional.

Por ejemplo, la euforia o los malos pensamientos afectan al Corazón.

La rabia y el resentimiento afectan al Hígado.

El miedo o el pánico, afectan al Riñón.

Las preocupaciones, el exceso de pensamiento y la tensión afectan al Bazo y Estómago.

La tristeza y la melancolía afectan al Pulmón.

También sucede al revés:

Si la persona tiene la energía de Corazón o Pulmones débil, sufrirá depresión, no tendrá ganas de vivir, o será miserable......

Si la persona tiene la energía de la Vesícula débil, será cobarde, temerosa...

Si su sistema Digestivo está débil, se sentirá confundido y sufrirá de ansiedad...

Si su Hígado está alterado, será propenso al mal genio...

Si sus Riñones no están fuertes, será incapaz de tomar decisiones o de enfrentarse a situaciones estresantes...

Lo mismo sucede en el tratamiento, si el terapeuta no confía en la recuperación del cliente, no podrá transmitirle ganas de mejorar.